Ahora que Nelson Mandela vuelve a ser noticia debido a su fallecimiento, recordamos cómo el rugby sirve para unir más que para enfrentar a contrarios. Los equipos, rivales en el césped, disfrutan juntos del legendario tercer tiempo, donde se olvida todo lo sucedido durante el encuentro.
Y, en el caso de Sudáfrica, no unió equipos rivales, sino vecinos enemistados debido a un sistema político y social (el apartheid) del que se sirvió durante siglos una minoría blanca proveniente principalmente de Holanda para dominar a la mayoría negra autóctona de la zona.
Mandela, arrestado en 1962 por su lucha contra el apartheid y preso durante 27 años, apoyó tras su liberación una nueva política basada en la abolición de este injusto sistema, en la reconciliación y en la igualdad de derechos para todos los ciudadanos, ya fueran blancos o negros.
Y, una vez elegido presidente de la república de Sudáfrica, utilizó el rugby como una poderosa herramienta con la que alcanzar sus objetivos.
Con tesón consiguió que la población negra apoyara a la selección de rugby sudafricana, compuesta por jugadores blancos y que no contaba hasta entonces, ni con la simpatía de sus vecinos de color ni con las del resto del mundo a causa de la situación social y política antes mencionada.
Y así, en la final de la Copa Mundial de Rugby de 1995, celebrada en Sudáfrica y donde esta selección se enfrentó a Nueva Zelanda, pudimos ver a un presidente negro vistiendo la camiseta del hasta entonces "enemigo".
Este acontecimiento histórico se narró en Invictus, película dirigida por Clint Eastwood y protagonizada por Morgan Freeman en el papel de Nelson Mandela y Matt Damon como François Pienaar, capitán de la selección.
Toda esta parrafada viene a cuento porque hemos encontrado en internet algo que queremos compartir con vosotros.
Se trata de un homenaje en forma de cómic, obra del dibujante y músico asturiano Ruma Barbero, que, en pocas viñetas, refleja el sentimiento del mundo hacia Sudáfrica en su época más oscura y el nacimiento de un nuevo orden gracias al empeño, entre otros, de Mandela y la ayuda del rugby.
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