lunes, 5 de septiembre de 2011

Comienza el Mundial de Rugby 2011



El día 9 de septiembre comienza en Nueva Zelanda el séptimo Mundial de Rugby.

Hasta el 23 de octubre 20 selecciones de todo el mundo se disputarán la copa Webb Ellis, bautizada así en honor de William Webb Ellis, quien parece que inspiró el concepto de este deporte cuando, en 1823, durante un partido de fútbol (cuyas reglas no estaban aún bien definidas), tomó el balón con las manos y corrió hacia la portería contraria mientras el equipo rival intentaba darle alcance. Esto sucedía en la ciudad inglesa de Rugby, de la que tomó su nombre (fútbol o football rugby), diferenciándose así del fútbol soccer, lo que conocemos hoy simplemente como fútbol.

La idea de organizar un campeonato mundial cada cuatro años comenzó a fraguarse en 1979, pero no fue hasta 1985 cuando se decidió definitivamente su celebración, al aprobarse una propuesta conjunta de la Unión Australiana de Rugby y la Unión de Fútbol Rugby de Nueva Zelanda, presentada al International Rugby Football Board.

Así, en 1987 se jugó el primer Campeonato Mundial de Rugby, con sede compartida en Australia y Nueva Zelanda y al que asistieron 16 equipos, 7 de los 8 que componían el IRFB (no se permitió la participación de Sudáfrica por el boicot deportivo internacional que sufría a causa del apartheid) más 9 invitados directos, sin una fase clasificatoria previa.

Tras una serie de partidos memorables, Nueva Zelanda se convirtió en el primer campeón mundial al vencer en la final a Francia por 29 a 9.

Pero, mejor que contarlo nosotros, vamos a dejar que sea nuestro amigo Manuel Calvo, experto en rugby además de jugador junto con José Manuel en sus tiempos mozos, quien nos relate cómo vivió este primer mundial en Inglaterra, donde se encontraba residiendo en aquella época:

A finales de la primavera de 1987 se cumplió un sueño. El último de los deportes “amateur”, el “juego de bestias practicado por caballeros”, celebraba su primer campeonato oficial. El parto fue largo, más de 100 años, pero allí estaba la recién nacida copa “Webb Ellis” esperando pacientemente a su primer poseedor.

Estaban todos, 16 equipos de los dos hemisferios. Anteriormente solo había partidos “test”, aproximadamente amistosos, que eran en realidad el único enfrentamiento oficial, pero ahora todo cambiaba. ¡Un campeonato del mundo de verdad! Bueno, la racista Sudáfrica, miembro del “International Board” fue excluida con toda razón por sus prácticas políticas y sociales impresentables, pero los demás estaban todos.

Los viejos (entonces ya viejos) aficionados de unos 25 años de edad y 15 de afición ya sabíamos que el rugby era cosa de Australia y Nueva Zelanda (a Sudáfrica que le zurzan mientras sean como eran), que los del cinco naciones (cinco, no seis) eran la segunda división, tal vez alguno sabía que existía Argentina, un equipo apodado “Los Pumas” con algunos de los mejores jugadores del mundo, pero de Fidji o Tonga no teníamos ni idea, apenas situarlo en el mapa. Y claro, Rumanía (malos malísimos comunistas de Ceaucescu) estaba también y siempre ha estado en todos los mundiales, porque era el sexto equipo de Europa, muy por delante de Italia.

¡Y yo lo vi! Por aquella época trabajaba en Manchester, Gran Bretaña. BBC e ITV retransmitieron muchos partidos, a horas poco propicias claro, porque se celebraban en Australia y Nueva Zelanda. Dormí poco esos días devorando lo que ponían en la “British TV” y entonces mi jefe, un profesor de secundaria muy serio y elegante, británico de folleto turístico, se permitió comentar al final de la primera fase: ¡ahora empieza el mundial!

¡La madre que lo…! ¡Pero si había visto más rugby en la fase de grupos que en toda mi vida anterior! Y lo peor es que llevaba razón. Aún no se me ha olvidado el juego de Fidji, esos tíos corrían como si alguien les persiguiera y se pasaban el balón a una velocidad impensable. La continuidad de juego de Australia y Nueva Zelanda nos tenía impresionados, el 14 de Nueva Zelanda, un tal Kirwan, corría los cien metros más veloz que el record de España de entonces y nuestros chicos del cinco naciones (digo nuestros porque me hice europeo) apenas podían oponer los últimos días de vida del genial Gales y el exquisito “Champagne Rugby” de los “bleu”.

Gales se cargó a Inglaterra en cuartos de final y cayó ante los “all black” en semifinales. Francia eliminó a Fidji (sí, Fidji, en cuartos, no es broma) y dio la campanada eliminando a Australia con un ensayo de Serge Blanco que aun me emociona.

20 de Junio de 1987, Eden Park, Auckland, las antípodas, allá al fondo del mundo (en realidad Manchester Gran Bretaña, 4 am, comedor de una casa alquilada por estudiantes, solsticio de verano y por tanto a plena luz del día): Nueva Zelanda destroza a Francia y se queda con la copa. ¡Que mas da quien ganó si disfruté en directo de un momento único!


3 comentarios:

victor dijo...

QUe horror si solo fuera dos semanas, son casi dos meses, la final el 23 d octubre.
Y todos los partidos, en O Grifón, tanto el viernes como el sabado 30 personas madrugando (al menos para mi es madrugar).
Domingo 10:30 de la mañana sudafrica gales.
Aperta

Javier M dijo...

Qué fallo lo de las dos semanas. Ya está corregido.

Si para los partidos de las 10:30 tienes que madrugar, los de las 8 los verás antes de acostarte :-DDD

Piensa en el lado positivo, seguramente le venga bien al negocio.

Un saludo

Anónimo dijo...

de domingo a jueves a las 20:30 los partidos en diferido.
Sabado y domingo a las 10.30 los partidos de la jornada en directo.
Un buen septiembre y octubre para disfutar de mejor rugby en O Grifón(solo es una vez cada 4 años).
y ahora que Irlanda, con permiso de Italia, se va a asegurar la parte mas "comoda" de la tabla, algunos soñamos con una irlanda finalista.
Aunque se ha fracasado antes tantas veces...